26 noviembre 2012

LOS MITOS DEL NACIONALISMO IV. LOS COMPATRIOTAS IGNORADOS



Catalans, voleu córrer massa; no correu tant que podríeu ensopegar.


Quería dedicar al menos un artículo a los personajes históricos proscritos por el fanatismo nacionalista. El nacionalismo ignora y ningunea de su historia particular a los hijos de su nación que estima incómodos o directamente contrarios a la causa. Y son casi todos. Prefiere pasar de puntillas por las biografías de tantos compatriotas que amaron su patria chica sin dejar de amar también la grande. Dando su vida incluso por ellas. El trabajo de nombrarlos es el trabajo de escoger, pues son tantos y tan destacados que no se sabría dónde elegir. Todos ellos vivieron sin los complejos nacionalistas de hoy y amaron a España sin renunciar al amor por su tierra. He observado una dualidad de tratamiento. En ocasiones su figura se reconoce como hijo de la tierra, pero considerando tan solo su faceta localista, convirtiéndole casi en un caudillo provinciano. En otros casos se le ignora por completo en una damnatio memoriae dictada por la estulticia.

He seleccionado dos figuras que despiertan mi admiración de modo especial por su tamaño y sobre todo por ser unos grandes tesoros escondidos para Cataluña y País Vasco. Van por orden cronológico de su nacimiento.


URDANETA

Fue Andrés de Urdaneta y Cerain un vasco nacido en un pequeño pueblo de Guipúzcoa llamado Ordicia, alrededor de 1508. Su figura es tan grande que es difícil calificar cuál fue su profesión pues fue militar, cosmógrafo, marino, explorador y también religioso porque en su madurez abrazó la vida monástica. Fue compatriota y colega de Legazpi y Elcano, vascos que como él escribieron con letras de oro sus nombres en la historia de España dando la vuelta al mundo y obteniendo para la hispanidad territorios en los confines del planeta.

Pero Urdaneta pasó a la Historia por su mayor logro: descubrir, documentar y experimentar la ruta a través del océano Pacífico desde Filipinas hasta México, conocida como Ruta de Urdaneta o de Tornaviaje. Esta ruta fue la que permitía volver sin tener que rodear el Cabo de Buena Esperanza en África, viaje largo y peligroso pues por aquel entonces todas las costas africanas pertenecían a un Portugal no muy colaborador. Tras multitud de intentos fallidos de muchos exploradores, Urdaneta zarpó de Filipinas el 1 de junio de 1565 y puso rumbo norte, en lugar de este, aprovechando el monzón. Navegó hasta Japón, donde descubrió la corriente de Kuro Siwo, que les llevó por el océano Pacífico hasta California, costeando desde allí hasta Acapulco donde llegó el 8 de octubre, tras haber recorrido 14.157 Km. en 130 días, lo cual suponía una velocidad de vértigo para lo acostumbrado en la época. Dicha ruta fue utilizada durante los siguientes 250 años por las naves imperiales españolas que a través de México hicieron llegar a Europa las mercancías de oriente. Por tierra desde Acapulco a Veracruz donde embarcaban en la impresionante Flota de Indias, que escoltada por la Armada desembarcaba en Sevilla las sedas, los abanicos, los lacados, las especias y las porcelanas de China.  Hoy la ruta sigue siendo hoy una de las principales del mundo moderno.


CHURRUCA

Pocos hombres me inspiran tanta admiración como este. Pocos me dan la impresión de reunir tal cantidad de cualidades que envidio y que me hacen soñar con ser alguien mejor. También se nota que me gusta el mar pues se trata de D. Cosme Damián Churruca y Elorza que nació en Motrico, un precioso pueblito de Guipúzcoa, el 27 de septiembre de 1761. Churruca fue científico, astrónomo, cartógrafo, marino y militar español, Brigadier de la Real Armada y alcalde de Motrico como su padre.

Comenzó su producción científica y técnica realizando un reconocimiento del estrecho de Magallanes en dirección al océano Pacífico, descubriendo una ruta alternativa y mejor además de una ensenada que lleva su nombre. Todo ello lo dejó en su Apéndice al Primer Viaje de Magallanes editado en 1795. Realizó una expedición geográfica a América  con el fin de formar el atlas marítimo de la América del Norte. Levantó cartas marítimas de las Antillas y de las islas de Sotavento. Redactó treinta y cuatro cartas esféricas y mapas geométricos de las cuales hasta ahora no se han publicado más que una pequeña parte. Mente incansable, se dedicó al perfeccionamiento y simplificado de las maniobras de atraque y carenado de los navíos de Su Majestad. Su talento no pasó desapercibido en París donde permaneció un tiempo con una misión científica del Gobierno. Napoleón, por entonces sólo primer cónsul, quiso verle y le acogió con las mayores demostraciones de aprecio. Le regaló un sable de gala que puede admirarse hoy en el Museo Naval de Madrid. Elaboró un Diccionario de Marina y un Tratado de Instrucción Militar. El Gobierno le encargó también que hiciera experiencias de puntería y como resultado redactó un Tratado de Puntería para la Armada, que ha permanecido como obra de referencia mundial en la materia durante décadas.

Como militar participó en el Gran Asedio de Gibraltar de 1781 y defendió las posesiones españolas en el Caribe en la batalla de Martinica. Encontró la muerte en la Batalla de Trafalgar, el 21 de octubre de 1805. Al mando del veterano navío de línea de 74 cañones San Juan Nepomuceno detectó desde el principio lo incorrecto de las maniobras ordenadas a la flota combinada por el Almirante Villeneuve.  No obstante, su nave se comportó con singular bravura luchando por momentos contra seis buques ingleses, desigualdad fruto del incorrecto planteamiento táctico. Churruca dio muestras de precisión en el tiro, arrojo y eficacia. Una bala de cañón le arrancó la pierna y tras ordenar que le pusieran en pie, metió el ensangrentado muñón en un barril de arena para ralentizar la hemorragia (la arena estaba disponible en cubierta para evitar resbalones con la sangre, y se esparcía en el zafarrancho de combate según mandaban las Reales Ordenanzas). Así con el sable en la mano, gritando que no cesara el fuego, se mantuvo al mando hasta que le fallaron las fuerzas. Falleció ordenando que no se arriara la bandera española que ondeaba en popa. Antes de zarpar de Cádiz, había escrito en una carta a su hermano Si llegas a saber que mi navío ha sido hecho prisionero, di que he muerto.


AGUSTINA DE ARAGON

Una vez le dije a un nacionalista catalán, demasiado locuaz durante una comida de negocios en Barcelona, que debería sentirse orgulloso de Agustina de Aragón y su patriotismo. Se jactó de que Cataluña no es Aragón y de que una catalana nunca se habría comportado así salvo por defender a Cataluña. La ignorancia del buen señor quedó patente cuando le dije, con todo el cariño, que Agustina Saragossa y Domènech fue nacida en Barcelona y que fue bautizada en Santa María del Mar, una joya gótica que animo a visitar a todo lector. Que era hija de los catalanes Ramon Saragossa i Labastida y de Raimunda Domènech i Gasull y que parece que los dioses preveían su destino al otorgarle tal apellido. Que en 1803 casó con el cabo de artillería Joan Roca i Vilaseca que participó desde el principio en la Guerra de la Independencia Española, tomando parte en la batalla del Bruch. ¿Se puede ser más catalana? Quedó el señor nacionalista bastante corrido y no volvió a dirigirme la palabra aquella tarde.

Diremos que con el tiempo, el marido de Agustina fue destinado a la defensa de Zaragoza y que durante el cerco de esta ciudad Agustina llevó a cabo la acción que la hizo célebre. Tras un duro castigo de la artillería de asedio que silenció a la defensa española, los franceses pensaron caidos a todos los defensores de la puerta llamada del Portillo y se aprestaron a tomarla al asalto como era costumbre en la época. Agustina, que como otras mujeres llevaba la comida a su marido, lo descubrió muerto junto a la pieza que servía. Testigo de las columnas francesas que marchaban hacía la muralla, tomó la mecha de manos de un artillero herido y consiguió disparar un cañón cargado con metralla sobre las tropas, causando gran destrozo y carnicería por lo cercano del objetivo. La infantería francesa temiendo no haber neutralizado completamente la defensa artillera se retiró el tiempo justo para que nuevos defensores acudieran a defender la puerta una vez más. Fue nombrada artillero por el General Palafox.

Al caer Zaragoza tras dos asedios, Agustina fue tomada prisionera y posteriormente liberada en un canje. Recorrió gran parte de España como animadora de los ejércitos, donde su gesta se había hecho muy conocida. Tras la guerra, se casó otra vez y residió en el sur de España muriendo en Ceuta, en 1857, a los 71 años de edad, ciudad por donde cuentan se paseaba orgullosa con su uniforme y sus medallas, bien erguida aun siendo anciana.

Cataluña ignoró a su hija por completo, pero no Aragón a su defensora, donde descansan y son honrados sus restos en la capilla de la Anunciación de la Iglesia de Nuestra Señora del Portillo de Zaragoza. Agustina no solo fue un modelo de patriotismo sino también de valor, entereza, decisión y lucha contra la adversidad. Agustina nos defendió a todos los españoles aquel día. A los catalanes también. Toda una mujer.
 


PRIM
Terminaré con un hombre que vivió aventuras, corrió riesgos sin límites y visitó escenarios clave de la historia del siglo XIX mundial. Un hombre que vivió un tiempo muy difícil y de grandes convulsiones políticas y sociales. Joan Prim i Prats, nacido en Reus, Tarragona, en 1814, pasó a la historia de España por sus aventuras militares y por su compromiso con el cambio político en el país que le llevó a ser Presidente del Gobierno tras ser uno de los artífices de la revolución liberal que pasó a denominarse La Gloriosa. Como líder de la misma patrocinó la entronización de la Casa de Saboya en la persona de Amadeo I con la finalidad de constituir una monarquía constitucional moderna sustituyendo a la casa de Borbón. Dicha revolución dio comienzo a lo que se llamó en España el Sexenio Democrático empleándose la palabra democracia por primera vez en nuestra Historia.

Prim no procedía de la nobleza ni tenía antecedentes militares por lo que todo lo que consiguió fue desde abajo y gracias a sus propios méritos. Su vida militar comenzó en la Primera Guerra Carlista donde mostró relevantes dotes de mando, valor y temeridad.  Al tiempo, comenzó sus manifestaciones críticas contra los conservadores por lo que el Gobierno le acusó de conspiración, siendo condenado a prisión en las Islas Marianas (busque el lector en el mapa dónde queda esto).  Amnistiado poco después, el Ministro de la Guerra, amigo de Prim, lo nombró Capitán General de Puerto Rico en 1847, donde se aplicó con el máximo rigor contra la guerrilla. Recibió el reconocimiento de Dinamarca tras auxiliar militarmente a las Antillas Danesas de una invasión de Martinica.

Declarada la Guerra de Crimea en 1853 entre Inglaterra, Francia e Imperio Otomano por un lado y Rusia por otro, el incansable Prim pidió y obtuvo su designación como delegado español en el frente turco, siendo reconocida su cualificación por el sultán de Constantinopla por sus consejos sobre la colocación de la artillería.

Declarada la Guerra de África, Prim solicitó incorporarse a la fuerza expedicionaria, lo cual hizo al frente de sus batallones y de los voluntarios catalanes, donde dio entonces muestras de su valor con acciones heroicas.  Después Prim volvió a España siendo recibido en Cataluña de manera apoteósica. Sus aventuras continuaron en México en las operaciones militares que los aliados, Inglaterra, Francia y España llevaron a cabo en 1862. A su fin viajó a los Estados Unidos, entrevistándose como asesor cualificado con el general de la Unión McClellan, en plena Guerra de Secesión Estadounidense.

Su inquietud política le llevó a tener que exiliarse para evitar otro arresto, pero regresó apresuradamente para participar en el pronunciamiento que en 1868 destronó a Isabel II y abrió el proceso constitucional. Aunque algunas localidades aisladas proclamaron la Primera República precipitadamente, haciendo gala de una visión y planificación admirables, Prim era conocedor de la falta de preparación de España para una eliminación tajante de la monarquía. En el Gobierno, Prim se dedicó a eliminar a la casa de Borbón y a abrir el proceso para una constitución democrática con una nueva casa reinante de corte liberal.

Lamentablemente tampoco viviría para ver los frutos de su trabajo, porque el General Prim murió el 30 de diciembre de 1870, a causa de un atentado que sufrió por parte de sicarios conservadores.

Al cierre de este artículo, la comisión investigadora de la Universidad Camilo José Cela de Madrid que analiza su momia para determinar las causas reales de su muerte, aún no ha emitido su informe final. Gracias a dicho inapreciable trabajo podremos conocer más detalles sobre su muerte. Lo anecdótico y triste es que los restos fueron transportados desde el cementerio de Reus hacia el lugar de trabajo de la comisión por las autoridades locales y el féretro viajo cubierto por una bandera de Reus. La bandera de Reus en lugar de la española por la que vivió y murió. Postrer y ridículo egoísmo localista de unos acomplejados que son solo insectos incluso ante el desvencijado cadáver de un gigante como Joan Prim.

Les dejo con un paisano de Prim, Andreu Buenafuente, de Reus también. Poco diré de Buenafuente que no conozcan ya, salvo que es una persona con un alto compromiso con los más desfavorecidos que no le gusta airear. El video no es sólo humorístico sino que encierra bastante trasfondo para el que lo quiera entender. Solo el genio de Buenafuente puede emitir opiniones tan profundas y hacernos reír y al mismo tiempo.




Catalans, voleu córrer massa; no correu tant que podríeu ensopegar.
Catalanes, queréis correr mucho; no corráis tanto que os podréis tropezar
Joan Prim


19 noviembre 2012

LOS MITOS DEL NACIONALISMO III. LA INDEPENDENCIA QUE NO FUE



 Una buena gran parte del arte del bien hablar consiste en saber mentir con gracia.
Erasmo de Rotterdam
 

La piedra angular en el edificio conceptual nacionalista es la manipulación de la Historia. El nacionalismo necesita de un mínimo de justificación y acompañamiento histórico para contar con su usual componente reivindicativo  o restaurador de pasadas grandezas y gloriosas existencias libres. Al nacionalista le encanta hurgar en la Historia en busca de sustentos para la defensa de la independencia de su nación. Y si no encuentra lo que busca (lo que sucede a menudo) entonces se dedica a reescribir y manipular bajo su prisma nacionalista aquel episodio, evento o personaje histórico que resulte conveniente al caso. Ocurre sin embargo con la Historia un hecho curioso: que es la que es, ya no puede cambiarse. Así que con un poco de dedicación basta para destaparles el tinglado.

En el presente y siguientes artículos realizaremos una aproximación a algunos de estos mitos históricos, más importantes unos, más anecdóticos otros, pero todos igual de sutiles y coordinados con la tesis nacionalista correspondiente.

Al final del presente artículo se adjunta una entrevista al historiador Sir John Elliot, Regius Professor Emeritus en la Universidad de Oxford y Premio Príncipe de Asturias. John Elliot es uno de los más reconocidos hispanistas extranjeros y un catalanista erudito pues ha estudiado y disertado sobre Cataluña, vivido allí y se confiesa un enamorado de aquella tierra. El interés de la audición estriba,  no tanto en la cualificación académica del entrevistado como en su posición de observador externo, libre por tanto de cualquier prejuicio que no sea su afecto por Cataluña. Ya se sabe, a veces para conocernos del todo, no viene mal que alguien nos diga cómo se nos ve.

Ni Cataluña ni Euskadi han sido nunca estados independientes tal y como los entendemos hoy. Sus destinos históricos han estado siempre vinculados al resto de reinos hispánicos. En la época feudal, los condados vascongados alternaron sus relaciones de vasallaje entre los reyes de Navarra y Castilla, quedando finalmente integrados en la órbita del reino castellano-leonés. En cuanto a Cataluña, la entidad independiente mas parecida la encontramos en la Edad Media, donde el Condado de Barcelona agrupaba mas o menos la actual provincia del mismo nombre y parte de Girona y Tarragona. Dicho condado alcanzó un gran poder, interesando al monarca de Aragón tenerle por vasallo de buen grado. Para ello se pactaron uniones matrimoniales en el siglo XII entre la hija del rey de Aragón y el Conde de Barcelona. Los nacionalistas dicen que esta unión fue voluntaria. Y tienen razón. Pero a partir de dicho momento los Reyes de Aragón heredaron el condado de Barcelona y su correspondiente título, que se ha conservado hasta nuestros días a través de la fusión de las dinastías de Castilla y Aragón, gestada entre finales del siglo XIV y principios del XV. Para el que no lo sepa, Juan Carlos I de Borbón es también Conde de Barcelona.

Desde la unión dinástica del condado a la corona de Aragón, Cataluña se unió de forma efectiva con el resto de reinos de España. Además la delimitación de su perímetro fue conformándose poco a poco hasta la Edad Moderna, incluyendo territorios adicionales al original Condado de Barcelona.

Sin embargo, el nacionalismo encontró algo, solo un episodio, pero algo era algo, un momento, aunque corto, donde Cataluña había dejado de ser España: su anexión a Francia en 1641 en el seno de la cruenta Guerra de los Treinta Años. Y ya la montaron. El nacionalismo calificó la anexión a Francia de “voluntaria”. Nada más lejos de la realidad. Una hábil maniobra política de Richelieu junto al pequeño detalle del ejército francés desembocó en la ocupación total de Cataluña por parte de Francia. Antes de firmar la paz, el ejército de Felipe IV recuperó Lleida por la misma fuerza y avanzaba hacia Barcelona. El tratado de Paz de Westfalia de 1648 firmado por los estados europeos beligerantes dejó  las cosas en la península como estaban antes de la guerra. He llegado a leer que el pacto con Francia incluía la creación de la República Independiente de Cataluña, graciosa invención del manipulador histórico que anacrónicamente pretende situar una república en pleno siglo XVII y entre los reyes mas poderosos y absolutistas de la Historia: en Francia, Luís XIII y su hijo Luís XIV, el Rey Sol y en España, Felipe IV, el Rey Planeta. Simpático. Escribir es gratis y ahí quedó la pedrada histórica para el que la quiera tragar.

Por cierto, en el curso de dicha Guerra de los Treinta Años se produjo otro suceso del que el nacionalismo catalán también sacó petróleo. La crisis económica y social que provocó la larga conflagración europea provocó revueltas en dicho periodo por todo el territorio peninsular no siendo Cataluña una excepción. En 1640 una concentración de segadores que entraron en Barcelona pidiendo trabajo provocó disturbios, avivados con la detención de uno de ellos por causas pendientes con la justicia. Los ánimos se caldearon y se produjeron sangrientos enfrentamientos entre los divididos catalanes, su burguesía y su nobleza. Finalmente, como era costumbre en la época, los soldados del Rey aplastaron la revuelta violentamente un día del Corpus, llamado el Corpus de Sangre. En estos sucesos inspiraron los nacionalistas su Himno Nacional llamado Els Segadors (Los segadores), apropiándose de un hecho histórico, como ustedes pueden ver, bastante más complejo. Puede escucharse el Himno en Internet, pero sepan que se compuso en 1899, ¡caramba, la época del nacimiento del catalanismo! Que cada uno saque sus conclusiones. Todo ello dicho con mi absoluto respeto, dado que, venga de donde venga, hoy por hoy es el himno de una comunidad autónoma española, ante el que un servidor se destoca.

No me resisto a mencionar otra simpática anécdota que he encontrado en Internet, una nueva muestra del complejo monárquico. En una página de contenido histórico, redactada en catalán, consulté la figura de  Jaime I de Aragón, apodado el Conquistador, que además de Rey de Aragón era Rey de Valencia, de Mallorca, Conde de Barcelona, Señor de Montpellier y de otros feudos menores en el sur de Francia. El título del gran Jaime I en dicha web rezaba así:

Jaume I el Conqueridor (dit també Jaume I de Catalunya-Aragó)

Ahí quedó. Así que ya lo saben, se cambia de nombre al reino, ahora es el Reino de Cataluña-Aragón. Tiembla Pérez-Reverte. Y como decía la bruja Avería, aprended a desaprender lo aprendido.

Les dejo con el profesor Elliot. Que lo disfruten.

12 noviembre 2012

LOS MITOS DEL NACIONALISMO II. LA FARSA LEGALISTA.


Para manipular eficazmente a la gente, es necesario hacer creer a todos que nadie les manipula


EL MITO DE LA AUTODETERMINACIÓN

Como parte del arsenal histriónico que nos dispara el nacionalismo conceptual está el manoseado Derecho de Autodeterminación. Este concepto, más político y filosófico que jurídico, es tergiversado ante los micrófonos por los prácticos del nacionalismo atribuyéndole la significación de aquel derecho que les asiste para desgajar una parte de un estado soberano sin contar con la voluntad de dicho pueblo soberano en su conjunto, bajo la afirmación, real o imaginaria, de considerar poseer una cultura o nacionalidad suficientemente diferenciada. En resumidas cuentas el nacionalista reclama su derecho a la segregación del Estado preexistente.

Sin embargo, la realidad es bien distinta. El Derecho de Autodeterminación o Libre Determinación de los Pueblos, vinculado evolutiva y conceptualmente con la noción política de independencia, es un concepto filosófico que se ha ido conformando a lo largo del tiempo a partir de ideas y experiencias que tienen su origen en el proceso de descolonización. El primer antecedente podría remontarse al proceso de independencia de las colonias americanas de sus metrópolis europeas en el siglo XIX, aunque es en el siglo XX donde por vez primera es recogido por escrito en la Carta de las Naciones Unidas, que sirve de documento fundacional para dicho organismo internacional.  Dicho principio inspirador de la autodeterminación de los pueblos ha guiado la actuación de las Naciones Unidas como órgano de tutela de los procesos descolonizadores y conflictos bélicos en la segunda mitad del siglo XX. Todo ello con el objeto de prevenir los abusos o intervenciones externas entre países con un estatus reconocido por la ONU. Igualmente la ONU ha emitido comunicados y resoluciones sobre protección de minorías étnicas o indígenas que podrían estar en peligro si no se declararan como dignas de consideración dentro de algún Estado. Animo al lector interesado a consultar la abundante literatura sobre esta temática disponible en el mercado.

A partir de aquí que cada cual saque sus conclusiones. Pero en mi opinión, la más clara de ellas es que el Derecho a la Autodeterminación de los Pueblos no es un derecho aplicable a los nacionalismos existentes en España. Por mucho que parezcan saber de lo que hablan los políticos y asimilados, por mucho que se les llene la boca al nombrarlo, por mucho que deseen arrimarlo como pilar que les sustente su inestable edificio ideológico y por mucho que lo declaren los ayuntamientos plenarios, el Derecho a la Autodeterminación de los Pueblos no les asiste es sus pretensiones de independizar una fracción de un Estado preexistente que tiene voluntariamente depositada la soberanía en el conjunto de un pueblo. No hijo, no.

Una variante de alto voltaje demagógico que ha nacido como excrescencia es el manoseado Derecho a Decidir. Esto es nuevo eh. Se está empezando a utilizar este término eufemísticamente por Derecho de Autodeterminación, porque el fuelle se acaba y necesitan cambiar. Ante este nuevo derecho que me hace sonreír, yo siempre me hago la misma pregunta ¿derecho a decidir qué? Puede decidirse de todo, desde no pagar impuestos hasta conducir bebido. Derecho a Decidir. No merece la pena escribir más.


EL MITO DE LA PARTE OPUESTA AL TODO

No hay que subestimar la inteligencia del sujeto nacionalista, que mide con cuidado sus palabras, consciente de que un desliz en el uso del lenguaje puede descubrir ciertas vergüenzas o enfrentarles a incómodas preguntas. Tienen que cumplir estrictamente todo lo dispuesto en el manual del nacionalista fanático. Y sonriendo. Ocurre no obstante que si uno escucha bien acaba detectando la inevitable incoherencia. Por ejemplo, la persistente costumbre de oponer la parte al todo, es decir, la contraposición de España a Cataluña o Euskadi. Esto, que puede parecer accesorio, tiene su importancia. En la sutileza del lenguaje está la diferencia. Una parte, si desea separarse lo hace de las otras partes de un todo, con lo que tal todo deja de existir para pasar a ser un todo diferente. Para que se me entienda mejor, sería correcto decir, Los nacionalistas catalanes deseamos una Cataluña independiente del resto de España, o bien, Los nacionalistas catalanes deseamos una Cataluña desvinculada del resto de comunidades autónomas, o mas clara y valientemente, Deseamos dejar de ser parte de España o un sencillo y simplificador Adeu Castilla!!.

No obstante el nacionalista utiliza términos como, Cataluña tiene un conflicto con España, o bien, Cataluña debería alcanzar acuerdos con España, o  directamente, Cataluña no es España.

En realidad sí es España. Forma parte de ella desde hace siglos y una parte muy importante por cierto. Jurídica, política, geográfica, histórica y culturalmente. Como previamente fue parte importante (vital) del Reino de Aragón como veremos en un próximo artículo. Si no estuviera Cataluña, España ya no sería España. Sería otra cosa a la que quizá habría que buscar nombre. Pero el nacionalista soslaya esta realidad por incómoda y apartada de sus objetivos. No lo olvidemos. Y así cae en el absurdo de oponerse a sí mismo, oponiéndose a aquello de lo que forman parte. Sutil empleo del lenguaje para dar por entendido lo que no es.

Otra cuestión menor en el uso del lenguaje pero que no deberíamos pasar por alto es la asignación de los términos Nación y Estado. El nacionalista se cuida mucho de aplicar Nación solo a su comunidad y reserva Estado para la Administración Central. El parlamento catalán decidió que Cataluña era una nación y me parece muy bien. Aunque no puedo evitar enarcar una ceja sobre una nación que necesita de una declaración política para autodefinirse. Pero el nacionalismo es así. Aunque no olvidemos que también España es una nación con identidad propia, nación de naciones si nos ponemos de acuerdo, pero también nación por sí misma. No son realidades alternativas ni incompatibles como quieren hacernos creer. De ningún modo.
  
EL MITO DEL FEDERALISMO

Los nacionalistas proponen la estructuración de España como estado federal de modo inmediato.  Esta migración de un Estado estructurado en Autonomías a otro compuesto por Estados Federales, es algo que no explican en absoluto. Sí que dejan entrever que lo proponen como fase intermedia a la independencia total. Evidentemente porque pensarían introducir en la nueva Constitución que habría de redactarse, el Derecho de Secesión como elemento irrenunciable para los estados individuales (no confundir este derecho con el de autodeterminación comentado en el primer apartado).

A estas alturas al lector ya le estarán pitando los oídos ante tanto disparate y complicación de objetivo y resultado tan ficticios como inciertos. Pero como la imaginación es libre y los micrófonos no hacen preguntas, el nacionalista ha sido siempre libre de vomitar necedades como esta para la agitación y la polémica, que es en sí misma un gran beneficio para él.

En realidad la diferencia entre estado federal y estado descentralizado como tenemos en España está muy cerca de ser solo una diferencia de léxico. Pocos países hay en el mundo con una Administración tan descentralizada como la nuestra. Hay mucha literatura al respecto que está al alcance del lector. No obstante, yo prefiero guiarme por las realidades antes que por las nomenclaturas y bautizos que se utilicen para nombrar dichas realidades.

Lo esencial en un Estado es si dicho estado existe y si sus miembros están convencidos de querer pertenecer a él y respetarlo como tal. A partir de aquí existen diferentes formas de gobierno y niveles de descentralización que cada pueblo puede otorgarse a sí mismo, llámese federación o sistema autonómico. Se trata de establecer las reglas de relación entres las partes y respetarlas en el futuro sin que constantemente existan disidencias.

La federación de estados no fue inventada para la fragmentación de los países. Ni como fases intermedias para su desaparición. El federalismo surgió en el siglo XIX como método de nacimiento de naciones o estados, en virtud del cual, determinados pueblos en principio independientes pero con intereses comunes, unían sus destinos en un nuevo proyecto común. Así surgieron ejemplos que deberíamos observar con detenimiento, sin ir más lejos, los Estados Unidos de América y Alemania. Otros países se han autorregulado como estados federales en virtud de sus particulares características geográficas o históricas, casi todos ellos nacidos de los procesos descolonizadores del siglo XIX y con una gran superficie que administrar: Argentina, Brasil, México, Australia. No obstante, investigue el lector el grado de cohesión de estos estados federales. Ciertamente en Estados Unidos todo el mundo ama a su país, incluso de modo exagerado según el gusto y manera de pensar europeos. En todos sitios cuecen habas, pero preguntemos a un alemán, un australiano o un mexicano por la opinión sobre su país. ¿Alguno de ustedes conoce la bandera o himno del estado de Ohio? Esas cosas no preocupan a los americanos. En realidad, para ellos su estado federal no consiste más que en una fracción administrativa de su gran país, su gran nación. De hecho los estados que han nacido federales tendrían mucho que enseñar a países como el nuestro, tan enredado en revisarse a sí mismo constantemente.

¿Habría unas grandes diferencias entre la España autonómica y la España federal? Creo que no. ¿Resolvería el federalismo las tensiones nacionalistas? Para mí que no. ¿Haría a los españoles más conscientes de su proyecto, su historia y su destino comunes? Ciertamente tampoco.

La cuestión no es federalismo sí, federalismo no. La cuestión es España si, España no. Así de simple. Esperemos que siempre sumemos antes que restar y no lamentarnos como Indro Montanelli cerró su inolvidable Historia de Roma: Tal vez una de las desdichas de Italia sea esta precisamente: tener por capital una ciudad desproporcionada, por su nombre y su pasado, con la modestia de un pueblo que, cuando grita: “Aúpa Roma”, alude tan sólo a un equipo de fútbol.

 

Para manipular eficazmente a la gente, es necesario hacer creer a todos que nadie les manipula. (John Kenneth Galbraith, economista estadounidense)


05 noviembre 2012

EL DIRECTIVO DEL RENACIMIENTO. HACIA UNA FORMACIÓN POLÍMATA


Con tu espíritu abierto y libre de restricciones, observa las cosas desde un punto de vista elevado. Has de cultivar tu sabiduría y tu espíritu. Perfecciona tu sabiduría: aprende sobre la justicia, distingue entre el bien y el mal, estudia los caminos de las diferentes artes.  


A lo largo de su vida profesional y personal, el directivo experimenta multitud de situaciones que le deberían aportar conocimientos y vivencias que añadir a su bagaje intelectual. Su necesaria afición a la lectura debería enfocarse en literatura, filosofía, Historia y ensayo. Como una esponja, debería absorber datos y experiencias que deberían agregarse a su haber profesional y aportarle ese valor añadido que solemos llamar veteranía. Por mi parte, como el fotógrafo que no sale de casa sin su cámara, he vivido siempre en la conciencia de aprender continuamente de cada situación y con un hambre de conocimiento constante que he satisfecho por mis propios medios.

Sin embargo, no es este el camino que sigue la corriente de la práctica vigente. En mi vida laboral he ido comprobando, cómo lo habitual en cuanto a los criterios de selección y promoción en las grandes empresas deja mucho que desear. A ello se unen vicios y carencias en el sector de la formación directiva, que al cabo arroja un panorama bastante descorazonador. Pero vayamos por partes y al grano para no aburrir al considerado lector.

En primer lugar, diremos que el nivel cultural del directivo actual en las organizaciones, sean estas grandes, pequeñas o multinacionales es bastante pobre. En ocasiones, me he cruzado con directivos ante los que descubrirme debido a su notable competencia y a un admirable nivel profesional y humano. Pero con demasiada frecuencia me ha ocurrido lo contrario. Por todos los dioses, ¡qué cantidad de tontos he ido encontrando por el camino! Cuántas y cuántas veces me he preguntado al acabar una reunión ¿pero cómo es posible que un tipo así sea Director de nada? ¿pero quién a puesto aquí a un personaje así? Opiniones pulsadas en otros observadores han confirmado mis percepciones a cerca del sujeto en cuestión.

Pero esto ¿por qué sucede? La experiencia me llevó a la reflexión, en mi incesante inconformismo. Analíticamente he podido compendiar algunas causas, algunas descritas por la literatura técnica y otras más sutiles y negadas en la teoría vigente.

ü      El principio de Peter: las personas que realizan bien su trabajo son promocionadas a puestos de mayor responsabilidad, hasta que alcanzan su nivel de incompetencia. En su libro Laurence J. Peter dice literalmente la nata sube hasta cortarse. Peter es poco original ya que Ortega y Gasset ya había ensayado sobre esto en 1910 a propósito del funcionario: Todos los empleados públicos deberían descender a su grado inmediato inferior, porque han sido ascendidos hasta volverse incompetentes.

ü      El principio de Dilbert: las empresas promocionan a sus empleados menos competentes a cargos directivos para limitar así la cantidad de daño que son capaces de provocar. Nos puede parecer divertido pero en ocasiones ocurre.

ü      El principio Dunning-Kruger: las personas con escaso conocimiento tienden sistemáticamente a pensar que saben mucho más de lo que saben y a considerarse más inteligentes que otras personas más preparadas, debido a que su propia incompetencia les dificulta reconocer sus errores y evaluar la competencia de los demás. O lo que es lo mismo, una vez alcanzado un puesto de responsabilidad por un incompetente, la incompetencia se contagia en cadena hacia abajo.

ü      Como efectos observados por un servidor encontramos:

·        El valor del peloteo. Visto y comprobado. El peloteo, la relación personal, la amistad intima y otros criterios extra-profesionales son los parámetros que mas a mano tiene el directivo incompetente para promocionar a sus subordinados y a sí mismo. Se anula esto en casos de selección externa por medio de un consultor especializado. Pero este efecto está muy extendido, aunque hace falta pertenecer a la organización o conocerla desde fuera durante años para percibirlo, pues estos movimientos suelen ser lentos.

·        El ideario oficial. Por supuesto, por muy anticonstitucional que sea. Las ideas políticas, religiosas y sociales son muy tenidas en cuenta a la hora de ganar puntos en una promoción. Muchas grandes corporaciones mantienen un férreo ideario no escrito y abrazarlo ciegamente abre al directivo incompetente el camino de la promoción.  Aquello del valor de la crítica y de los diferentes puntos de vista está muy bien para las clases de Master pero no para la vida en estas organizaciones.

·        La integridad a la papelera. También con más frecuencia de la deseada la alta dirección evita colocar al directivo íntegro en un puesto sensible. Aquel directivo que anteponga su integridad y su ética a su sueldo se verá irremediablemente adelantado por otros que estén más dispuestos a taparse la nariz y tragar sapos, por incompetentes que sean. Igual que antes, la integridad se queda de puertas adentro de la escuela de negocios


LAS LAGUNAS DE LA FORMACIÓN. HACIA UNA FORMACION POLIMATA.

Pero hay miles de organizaciones que evitan estos vicios. En muchas empresas que he conocido no se daban los efectos descritos anteriormente o los habían erradicado o reducido a base de dedicación y, sin embargo, el nivel de sus directivos seguía siendo más que mediocre. En muchos casos los directivos habían cursado MBA o similares, pero seguían pareciéndome de una competencia profesional bastante mejorable. ¿Por qué?

Creo que al directivo actual le falta cultura, le falta sabiduría. La formación que el directivo puede contratar en una escuela de negocios tiene unas carencias de contenido que impiden al titulado conseguir dos objetivos fundamentales: expandirse y diferenciarse. En la actualidad, si el directivo no se ocupa por su cuenta de adquirir estos conocimientos, no encontrará oportunidad de cursarlos en ninguna institución académica. Por mi parte no he descansado en adquirir todo ese bagaje cultural que he podido. Y ha sido esta capacidad de conocimiento en multitud de campos, ha sido ese interés por las diferentes ramas del saber, lo que me ha proporcionado en mi carrera un aura de diferenciación y una mayor capacidad de discernimiento en mi vida profesional. No puedo hacer otra cosa que recomendar aquello que me ha proporcionado a mi mismo no pocas satisfacciones y éxitos.

Propongo un modelo de directivo polímata (palabra griega que significa que conoce o sabe de muchos campos). Propongo un directivo con formación 360º real, un profesional que huya del mito de la especialización, que evite el menú del día en cuanto a formación. Propongo que esta crisis económica alumbre a una nueva generación de Directivos del Renacimiento.

Sin duda en las horas oscuras que estamos viviendo, necesitamos recuperar el espíritu renacentista, desempolvar los consejos contenidos en tantas obras antiguas, sacudirnos prejuicios y trabas y levantar la cabeza a un nuevo tiempo en el que el Directivo se gane sus galones, no tanto por la prensa sepia que devore sino por convertirse en Homo Universalis. En el Renacimiento, el hombre tomó conciencia de su capacidad ilimitada para desarrollarse en todos los campos del saber. Hoy nos admiran los hombres del Renacimiento que nos parecen extraterrestres, Leonardo, Miguel Ángel, Erasmo,... Pero hombres así han existido siempre y los tenemos mas cercanos y menos ostentosos, Jefferson, Asimov, Rommel, Franklin, Musashi,… He podido comprobar que la mayoría de personas que han destacado en el mundo de la política, las artes, la ciencia, el ejército o la empresa, eran personas que no se conformaron con conocer su oficio en profundidad sino que incorporaron por su cuenta todo el saber  que pudieron y esto les otorgó una competencia profesional inédita en su tiempo. Cada directivo que me ha parecido competente compartía más o menos esta capacidad cultural adquirida a base de la lectura particular y el hambre de conocimiento.

Hoy por hoy, la formación a disposición del joven directivo lleva el camino de ofrecer un producto muy indiferenciado. Todos sabemos que, de no cambiar la cosa, tener MBA será un campo lógico en el currículum: solo admitirá SI/NO. Todo lo más, se diferenciará por el prestigio de la escuela de negocios en proporción directa a los euros pagados por el curso. Para el ejecutivo experimentado prácticamente solo le aportará un sellito de calidad. Créame amigo lector, tiene usted que formarse y diferenciarse por sí mismo. Y convénzase de que en la vida hay tiempo para todo. Convénzase de que los altos directivos de empresa del siglo XXI deberían ser los depositarios de la erudición y la sabiduría, la cual falsamente hemos creído patrimonio de catedráticos de barba cana que leen junto a su chimenea en zapatillas. Que un ejecutivo sabio, tiene a su disposición un arsenal inconsciente de recursos que aplicará mecánicamente en sus decisiones. Sentiremos el empujón de la sabiduría en nuestro desempeño como directivos, desde el ejemplo de un personaje histórico hasta el recuerdo anecdótico más sutil.



Con tu espíritu abierto y libre de restricciones, observa las cosas desde un punto de vista elevado. Has de cultivar tu sabiduría y tu espíritu. Perfecciona tu sabiduría: aprende sobre la justicia, distingue entre el bien y el mal, estudia los caminos de las diferentes artes.
(Miyamoto Musashi 宮本 武蔵)